miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cañitas mágicas

Sé que este post debería haber visto la luz hace varios meses, cuando un vaso de leche fresquita apetecía más que un chocolate caliente, pero como más vale tarde que nunca y todavía el final del verano nos está dando una tregua, comparto mis cañitas con vosotros.

Las cañitas Sipahh vienen de Australia; están rellenas de unas pequeñas bolitas de colores que dan sabor a la leche a medida que se disuelven. Cada pajita aporta poco más de 13 Kcal y no contienen gluten ni conservantes.

La ventaja es que, junto con el cacao en polvo, parece otro buen invento para conseguir que los niños se aficionen a beber leche. Si bien existen 11 sabores distintos (chocolate, plátano, vainilla, fresa, menta con chocolate, cookies&cream, choco-plátano, caramelo, chocolate y miel, miel y toffe-manzana) en España sólo están disponibles las de fresa, chocolate, chocolate con plátano (foto inferior) y cookies&cream.

Ya sabéis, basta con meter la pajita en el vaso de leche, esperar un par de minutos y sip....ahhhh.

Hay que beberla despacio para dar lugar a que se vaya disolviendo poco a poco.

Por supuesto, las favoritas de Wonka70% son las de chocolate.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Chocolate en los Emiratos Árabes Unidos

Ya sabéis casi todos que he estado esta semana en los Emiratos Árabes Unidos.


Después de darme una vuelta por los enormes centros comerciales, y por un par de supermercados, me fijé en que se encuentran todas las marcas de chocolate inglés, suizo, belga y español que conozco. Incluso los chocolates que no se distribuyen en verano, con la excusa de que el calor estropearía su calidad (Ferrero Rocher, Huevos Kinder) se encuentran allí todo el año, a pesar de que las temperaturas alcanzan los 50º, en verano, con facilidad.



Los emiratíes son muy aficionados al chocolate, y tienen sucursales de casi todas las marcas de chocolate de élite. No saqué foto a todas las que vi, pero sirvan estas de ejemplo.




















Estos pastelitos, de frutos secos y chocolate, se regalan a amigos y familiares para festejar el Ramadán. Lamento decir que no los probé y no puedo contaros como son, pero es que tanta degustación está empezando a hacer estragos en mi cuerpo, y estoy a dieta estricta. ¿No os recuerdan a nuestras cestas de navidad?






Bueno, muy estricta no, porque encontramos las tabletas grandes de chocolate Cadbury con avellanas. Una perdición que me gusta tanto, tanto, que ni siquiera tengo remordimientos en zamparme una tableta yo solita. Es mi chocolate preferido con diferencia. Cuando pruebo una onza, se para el mundo y entro en trance chocolatero.






Tengo planes para volver en un mes, y para entonces espero estar en situación de catar esos chocolates delicadísimos de las chocolaterías de élite. Mmmmmmm Vamos que la obligación ante todo y no os preocupéis, que cumpliré con mis obligaciones de wonkera.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Chocolate a la taza

Antes de embarcarme en el análisis de las muestras chocolateras que Candela me envió (por cierto, Inma y Anele, las vuestras os prometo que están bien guardadas :D), quería dedicar una entrada a un chocolate autóctono de Cantabria para hacer a la taza.

Poco antes de marcharme de Santander -donde estaba veraneando- compré en el supermercado una tableta de chocolate de la veterana firma Horno San José, para hacerlo un día a la taza siguiendo las instrucciones que aparecen en el envoltorio, que son bien sencillas.


Este chocolate no es necesario rallarlo, tan sólo trocearlo hasta que se disuelva en la leche caliente. Al dorso se indica que hay que añadir 40 gramos de chocolate por cada taza. Veamos: el peso total de la tableta es de 200 g, y está dividida en 8 cuadrados. 200/8 = 25 g/cuadrado. Por tanto, dos cuadrados serían 50 g, un poco más de los 40 recomendados. Sin embargo, siguiendo el popular dicho "las cosas claras y el chocolate espeso", mejor nos decantamos por los 50 gramos. :D

Siguiendo esas sencillas instrucciones, me he puesto a ello. Con la bajada generalizada de temperaturas en toda España que ha habido estos días, apetece un chocolate calentito para merendar. Lo he acompañado con unos picatostes. Tiene buen aspecto, ¿verdad? ;)

Todavía me queda chocolate para tres tazas más, pero iré haciéndolas de forma espaciada, que tantas calorías no son buenas. :D

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sol y chocolate

A las ya conocidas bondades del chocolate en nuestro organismo (efecto antidepresivo, relajante, etc...) ahora tendremos que sumarle otra.

Según un estudio publicado por el Journal of Cosmetic Dermatology el cacao ayuda a proteger la piel del sol gracias a los flavonoides antioxidantes. El problema es que abundan en los granos del cacao pero no en el chocolate, ya que por desgracia sus propiedades se reducen enormemente en el proceso de fabricación.
"Obviamente NO sustituye al fotoprotector pero refuerza la protección de la piel frente a la radicación ultravioleta", afirman el Dr E. Nagore (jefe clínico del Instituto Valenciano de Oncología) y Y. Gilaberte, dermatóloga del Hospital de S. Jorge (Huesca) y experta en fotoprotección.
Se está tratando de elaborar un chocolate rico en flavonoides a través de un proceso que no destruya esa sustancia. Un equipo científico de la Universidad de Londres ha analizado los resultados en 30 personas a las que se dividió en 2 grupos en función del tipo de chocolate que ingirieron (todos tomaron 20 g al día); uno conteniendo 600 mg de flavonoides por cada 20 g y otro con menos de 30 mg. Al cabo de 3 meses se calculó la DEM (dosis eritematógena mínima), es decir, la cantidad de radiación UV necesaria para provocar un eritema (enrojecimiento) cutáneo. Se observó que uno de los grupos no experimentaba ningún cambio, mientras que el otro tardó bastante más en enrojecerse, duplicando el tiempo necesario para provocar un eritema.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cómete una mesa

No, no es una frase absurda aunque a priori pueda parecerlo. Ni tiene por qué ser una experiencia indigesta, a menos que a uno le sepa a poco y continúe con el sofá, la chimenea... y es que hay que hacer un verdadero ejercicio de contención para no dejarse llevar por la gula en la suite del Hotel Bryant Park de Nueva York.

Los chocolates belgas Godiva sortearon el año pasado entre sus clientes estadounidenses un fin de semana en una suite decorada con chocolate. Se le pudo hincar el diente a la lámpara de techo, al sofá, al cuadro de Klimt (o al de Pollock) o a la mismísima mesa de comedor. Además de los billetes y el hotel pudieron disfrutar de una sesión de spa "chocolatera" (por supuesto) y bombones Godiva para todo un año.

Un fin de semana dulce, muy dulce.

¿Para cuándo uno igual en Europa?