sábado, 28 de marzo de 2015

Deseo de Chocolate


En esta novela de Care Santos, tal como el título sugiere, el chocolate juega un papel principal. Se nos va narrando la historia de una chocolatera de las de antes -de cerámica, con su palo para remover-, en orden cronológico inverso desde la actualidad hasta el momento en que se fabricó.

La obra se estructura en varios ‘actos’, de manera similar a una ópera -género artístico que también está muy presente en la narración-. La historia de la chocolatera que va pasando de unas manos a otras se remonta al siglo XVIII, cuando reinaba Carlos III.

Resulta curioso lo diferente que era el chocolate en cuanto a su preparación y en cuanto a la consideración que tenía este producto entre la gente. En tiempos pasados era necesario descascarillar los granos y molerlos manualmente, una actividad que requería una gran fuerza física. Esto servía de justificación para quienes no permitían que una mujer regentara una chocolatería. Por aquel entonces, el chocolate era “cosa de hombres”, por extraño que nos resulte ahora.

El chocolate se preparaba con agua y no con leche -sólo se había empezado a hacer así en Suiza-, y se le añadían especias impensables hoy en día, como por ejemplo pimienta. Este chocolate tenía propiedades medicinales muy beneficiosas. Era consumido por nobles y monarcas de Inglaterra y Francia, y si llegaba a sus oídos la existencia de una máquina que permitiera su fabricación de manera más eficiente, ésta sería objeto de su codicia.

Después de leer esta novela, uno siente ganas de tomar una taza de chocolate preparada al modo más tradicional posible. Mejor con leche porque estamos más acostumbrados, pero siempre en su chocolatera, removiéndolo con el palo... Ese tipo de chocolateras todavía se hacen, en mi casa tenemos una.