Generalmente, el chocolate negro me gusta puro, sin más
añadidos. Los chocolates con frutos secos los suelo preferir con leche, no sé por
qué. Sin embargo hay una excepción, que es el chocolate Valor negro con
almendras.
Este chocolate mi abuela siempre lo compra cuando vamos a
visitarla. Por eso, su sabor lo tengo asociado a la casa de mi abuela. Un sabor
nos puede despertar muchos recuerdos. Y además siempre sabe igual,
afortunadamente no varían la fórmula.
A media tarde, un café con leche con algún mantecado
murcianico y un trozo de chocolate del que siempre tiene mi abuela, sabe a
gloria.
Por eso, el chocolate Valor negro con almendras sabe a todo
lo que representa para mí el pueblo de Jumilla y la casa de mi abuela:
infancia, recuerdos, jardines, pájaros piando, viejas fotos, juguetes
antiguos...