La carta ofrece una tentadora variedad que dificulta enormemente la elección y no es difícil dejarse llevar por la indecisión mientras uno pasa las hojas una y otra vez, mientras se contemplan las fotos y la boca se hace agua.
J. optó por un chocolate frío a la francesa (que para algo estamos en agosto) y J.L., más purista, se decantó por un azteca, puro y condimentado con pimienta mexicana. La nota curiosa la puso la "mancerina" en la que se sirve este tipo de chocolates: un curioso platillo de loza con un anillo central donde se introduce el cacillo con el chocolate, para evitar que éste se derrame. Fue inventado por el Marqués de Mancera, virrey de Perú allá por el s. XVII.
Cuenta la leyenda que en una de sus frecuentes recepciones, una dama se derramó sobre el vestido el contenido de la jícara (una especie de taza sin asas) y ante tal contratiempo, las neuronas del noble se pusieron en marcha para idear la forma de solucionarlo. Así nació el curioso artilugio.
Por cierto, según indica la carta, es servido a una temperatura de 40ºC.
Y yo... bueno, haciendo honor a mi cargo como miembro de este ilustre blog, decidí comprobar qué era aquello de "cuatro sentidos de chocolate". Esto es lo que llegó a la mesa...
Una combinación de 4 chocolates de distinta intensidad. Dudé en el orden a seguir: ¿debería comenzar por el más puro o mejor al contrario?
Total, como no consigo descubrir ninguna cata chocolatera en condiciones en Madrid (¿algún empresario se anima?) estiré la mano para coger el pocillo del Chocolate Blanco Nepal. Demasiado dulce, aunque se le acaba cogiendo gusto. Con un sabor muy similar a la leche condensada, con toque avainillado y una textura bastante fluída. Seguí con el Chocolate Frío a la Francesa, con leche, menos dulce e igualmente ligero. Se sirve a 5ºC. Después ataqué con el tercero: Chocolate a la Española, calentito, poco azucarado y más espeso. Se sirve a 75ºC, pero obviamente, a esas alturas de la cata (reposada para deleitarme más y "estirar" el momento), el mío ya estaba templado. Y para terminar, el Chocolate 52% Cacao: espeso, calentito y con un delicioso toque amargo.
Lo ideal hubiera sido contar con algún entendido en la materia, que me hubiera ido "dirigiendo", pero lo disfruté igualmente y recomiendo sin duda el cuarteto a quienes se pasen por alguna de sus franquicias.
Interesante saber también que disponen de chocolate "para llevar", chocolates sin azúcar, así como muchas otras especialidades (gran surtido de bombones, convenientemente expuestos en una vitrina para "tentar" al visitante) y postres con muy buena pinta (helados, fondue de frutas, mousses, granizados y batidos, tartas, bizcochos, brownies y coulant) o curiosidades como las tostadas con aceite y crema de chocolate, polvo de almendra y un toque de sal Maldon, sin olvidar una simpática concesión al recuerdo de nuestras meriendas infantiles: un gran vaso de Valorcao acompañado de un pan de leche con una minitableta de chocolate.
Visto lo visto, habrá que volver para probar el resto...
9 comentarios:
Mmmmmm!! Qué envidia. A mí el blanco dulce no me hubiera gustado nada, pero todos los demás seguro que sí. El chocolate con pimienta es buenísimo, una de mis debilidades.
Esos cuatro sentidos del chocolate son muy provocadores, jajajj.Curioso el artilugio para que no se derrame el chocolate (algo que a mi me suele pasar...)
anele, qué bien que te hayas animado a probar lo que dan en las chocolaterías valor! curiosamente yo no recuerdo haber merendado nunca en una chocolatería valor de madrid (aunque sí he entrado para comprar bombones y ese tipo de cosas), ha sido siempre en otras ciudades donde he estado de vacaciones.
los cuatro chocolates en escala gradual los he visto en la carta pero nunca me he atrevido con ellos, mucho chocolate es eso, jejeje. yo suelo decantarme por el chocolate con churros clásico, y otras veces he pedido el brownie y una tarta de chocolate y almendras que tienen. muy buenas ambas cosas.
Muy buena la reseña y la cata, Anele. Se nota que disfrutásteis. Guardo buen recuerdo de los churros tejeringos de la chocolatería Valor de Conde Peñalver.
Espero que encuentres catas en Madrid, ya investigaremos.
Shirat, supongo que te pasa como a mí, que al blanco no le considero chocolate, je, je, pero bueno, estaba rico.
Sí, Geno, a mí me provocaron y funcionó ;)
Chema, en realidad pedí un coulant porque nunca lo he probado (oops) pero no les quedaba y claro, era inevitable tirarse de cabeza a por ese cuarteto. No creas que es demasiado, los cacillos son pequeños y te quedas satisfecho sin llenarte, sobretodo si los van tomando despacito y deleitándote. Anímate la próxima vez. Si quieres hago un "esfuerzo" y te acompaño, ja, ja.
Nerea, es que un chocolate calentito con churros (aunque prefiero porras) es el maridaje perfecto. Respecto a lo de la cata, no pierdo la esperanza ;) Algún día...
AHI que envidia me dais... que pinta tiene todo...y que ganita tengo de probarlo...y que malos soy?
Al grano ¿Quedamos en septiembre hacer una cata antológica? Digo septiembre porque ya estaremos todos en Madrid y parece que el chocolate calentito entrará mejor. No puedo esperar.
¿En serio crees que tenemos que contestarte, Inma? ja, ja, ja.
Pues eso.
eso, eso, quedada chocolatera a la vuelta! :D
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