jueves, 15 de julio de 2010

Acotación

Lo que menos me gustaba del dibujo técnico era la acotación. Es decir, sacar las vistas de una pieza tridimensional y poner sobre unas flechas con puntas en ambos extremos las medidas de cada parte de la pieza. La acotación estaba sujeta a una normativa muy arbitraria y muy rígida, y en cuanto cometías un fallo que ellos considerasen grave, te suspendían como querían.

Sin embargo, con el tiempo no lo veo tan difícil. Eran el miedo y los nervios los que jugaban malas pasadas en los exámenes de dibujo. Sobre una pieza sencilla, como puede ser una chocolatina de Nestlé, y sin la presión de que un profesor te la vaya a corregir con mano de hierro, no hay mayores problemas para acotarla.

Con dos vistas he considerado que es suficiente. Una principal para acotar la longitud total de la chocolatina, la longitud y anchura de las cuadrículas, y las hendiduras entre ellas. Y otra auxiliar para acotar el espesor de la chocolatina y la profundidad de las hendiduras. Las medidas están en centímetros.

Como veis, el dibujo técnico tiene muchas aplicaciones. ;) Por cierto, después de hacerle las fotos a la chocolatina me la comí, algo tenía que hacer con ella. :D


5 comentarios:

COILET dijo...

He visto la entrada y ya he pensado para mí por el título.... "Esta es de Chema, fijo", jajajajajaja........

Cloti Montes dijo...

Cuando estudiaba me quejaba continuamente de la arbitrariedad o subjetividad de los profes de literatura inglesa corrigiendo hasta que un día uno de ellos me dejó leer el examen de una compañera que había sacado un 10.
En ese momento me decidí a estudiar más y quejarme menos, aprobé siempre, jajajajajaja. Resulta que no eran tan subjetivos, jajajaja
Bsssssss
Cloti

Geno dijo...

A mi el dibujo nunca se me ha dado bien pero la chocolatina tiene muy buena pinta, jejejej

Inma dijo...

Cada uno de nosotros tiene su estilo pero Chema es...digamos q diferente y excepcional. jajajaja
Os echo de menos a todos un montonazo.

anele dijo...

Suscribo las palabras de Coilet, ja, ja.
Queda claro que cualquier excusa para hablar de chocolates es buena.