

El desayuno ofrece una buena variedad, que va más allá del típico cacao soluble para beber: me llamó la atención que tuvieran las 2 principales marcas (cuando lo normal es ofrecer sólo una de ellas). Sobres de Cola Cao y de Nesquik a demanda, depositados en una cestita de la mesa del buffet, junto con las típicas cajitas monodosis de cereales, entre las que no podía faltar, por supuesto, la de trigo inflado chocolateado que tanto gusta a los niños (y no tan niños):

Y otra cestita con un buen surtido de barritas de cereales con frutos secos, frutas del bosque, muesli, etc... junto a la imprescindible barrita de cereales de chocolate:



Y para rematar, un dispensador de chocolate caliente a la taza (algo poco frecuente en la oferta hotelera), con un chocolate ligero y poco espeso, de sabor poco dulce y a una temperatura adecuada que no abrase la lengua. Bastante bueno y sin empalagos.

No recuerdo con detalle la carta de postres de la cena (no sé si tenían varias opciones de cacao), al menos sí tienen una: brownie. No es el típico al que estamos acostumbrados porque no tiene bizcocho esponjoso sino que es más bien como una masa sin airear. Es de chocolate negro, de nuevo poco azucarado (para mi gusto más sabroso), acompañado de bola de helado de vainilla, con dos canutillos de chocolate "super" crujientes sobre una salsa de chocolate negro semilíquida.