Los bombones de la Caja Roja de Nestlé son un buen ejemplo de lo que en economía se denomina un ‘producto maduro’. Esta clase de productos han alcanzado su techo de ventas tras un largo período de permanencia en el mercado, y sus estrategias comerciales están orientadas a mantener esas ventas, esa popularidad.
Al igual que se hace con otros productos maduros como la Coca-Cola, las inversiones realizadas en los bombones de la Caja Roja son principalmente publicitarias. Se busca una renovación continua de su imagen, para transmitir la idea de que es un producto que no pasa de moda.
De ese modo, no dejan de aparecer cajas de bombones de Nestlé con nuevos diseños y formas, tanto de cartón como de metal. También se busca atraer a los más nostálgicos con cajas decoradas con fotos en blanco y negro o dibujos ‘retro’, que sugieren la longevidad de la firma Nestlé.
En cuanto a los bombones, que son lo realmente importante, suelen ir en consonancia con la sofisticación de la caja que los contiene. El acierto de los bombones de Nestlé es que incluso los más sencillos son de gran calidad. Su sencillez consiste en estar hechos de puro chocolate sin ningún relleno especial, pero sin que eso suponga ninguna merma de calidad. Desde la caja más sencilla hasta la más lujosa, de las que se envían como regalo de Navidad, siempre se degustan con agrado.
Al igual que se hace con otros productos maduros como la Coca-Cola, las inversiones realizadas en los bombones de la Caja Roja son principalmente publicitarias. Se busca una renovación continua de su imagen, para transmitir la idea de que es un producto que no pasa de moda.
De ese modo, no dejan de aparecer cajas de bombones de Nestlé con nuevos diseños y formas, tanto de cartón como de metal. También se busca atraer a los más nostálgicos con cajas decoradas con fotos en blanco y negro o dibujos ‘retro’, que sugieren la longevidad de la firma Nestlé.
En cuanto a los bombones, que son lo realmente importante, suelen ir en consonancia con la sofisticación de la caja que los contiene. El acierto de los bombones de Nestlé es que incluso los más sencillos son de gran calidad. Su sencillez consiste en estar hechos de puro chocolate sin ningún relleno especial, pero sin que eso suponga ninguna merma de calidad. Desde la caja más sencilla hasta la más lujosa, de las que se envían como regalo de Navidad, siempre se degustan con agrado.

El otro día vi en una tienda una caja metálica de bombones de Nestlé que me pareció muy bonita y que se podía utilizar después para guardar cosas. Y como era casi seguro una edición limitada, la compré. Para eso lo hacen, reconozco que me dejé llevar por su estrategia de marketing.

Esta caja contiene seis modelos diferentes de bombones, que he diseccionado y fotografiado convenientemente. Si se os despierta el apetito al ver las fotos no es problema, en cualquier supermercado que tengáis cerca seguro que hay cajas de bombones de Nestlé para desquitaros. ;)