¿Quién no ha probado estos famoso cacahuetes tostados cubiertos de chocolate alguna vez?
Todo comenzó en 1852: Antonio Lacasa funda en Jaca (Huesca) un almacén donde, entre otros enseres, vende el chocolate fabricado por él mismo. En 1928 ya producía 500 kg de chocolate y contaba con 4 variedades: a la taza, con almendra picada, superior y extra-superior.
Tras la Guerra Civil se trasladan a Zaragoza y comienzan la producción de turrones y bombones y finalmente los cacahuetes se cruzan en su trayectoria cuando en 1987 adquieren la fábrica que originalmente fabricaba los Conguitos. Desde ese momento pasan a pertenecer a Lacasa.
Hasta entonces habían sufrido algunos altibajos hasta que en los años 70 el marketing dió una vuelta de tuerca a la rentabilidad del producto: regalaban un negrito de goma con una ventosa para adherir a los cristales y las ventas se disparan.
Su imagen es obra del publicista Juan Tudela y representa a un sonriente aborígen que en un principio portaba una lanza en la mano. Hasta que en el año 2000 María Frías (profesora de Filología de la Universidad de A Coruña) propuso la recogida de firmas para que el fabricante modificara la citada imagen, que consideraba "racista e insultante", afrimando que "hiere la sensibilidad de cualquiera y sólo sirve para fomentar y perpetuar estereotipos negativos del pueblo africano". Por entonces, la fábrica zaragozana vendía 300 millones de bolsitas al año, en 40 países.
Las críticas de Frías no terminaron ahí: lamentaba que apareciese desnudo y tampoco aprobaba el tamaño de sus ojos y labios "de carmín rojo y exageradamente gruesos" que deshumanizaban a los poseedores de estos rasgos, a la raza negra, confiriéndoles un matiz cómico-burlesco, así como su lanza, que "subraya el carácter guerrero y salvaje". Les animaba a acometer los cambios oportunos (como ya habían hecho otras marcas-el flan anunciado por un chino o el cacao con los negros medio desnudos cargando fardos).
Finalmente, la marca optó por el cambio:
Aunque contrasta con una época en que no existía el término "políticamente incorrecto" y en la que destaca la anécdota que relató el comercial que les bautizó como Conguitos: al parecer, en los 60, el presidente del Congo (Moshe Tshombe) vió los Conguitos en Bilbao en una visita a nuestro país y le hicieron tanta gracia que pidió varias cajas. Sin conflictos internacionales por medio, ni reproches racistas.... pero claro, era una época muy diferente.
Del marketing en los años 70 también nos llegaron los cochecitos de regalo, las figuritas para el belén...
Y ¿quién no recuerda la
campaña televisiva de 1994 en cuyo anuncio aparecían estrellas transformadas en cacahuete? Tina Turne, Michael Jackson, Steve Wonder...
El proceso de fabricación consta de una primera fase de tueste (20 minutos) tras la cual son rociados con azúcar para protegerles de agente externos para finalmente recubrirlos de chocolate. Por último, llega el abrillantado por fricción (unas 4 horas) y la impresión de la "cara" del negrito. Y ya están listos para el embolsado!!